Este 2009, como lo han mencionado los empresarios, financieros, políticos y trabajadores, es el peor de los años en la historia de México de las últimas 3 décadas. En consecuencia, grandes empresas quebraron, negocios cerraron, proyectos se pospusieron, y cantidad de personas perdieron su trabajo o fuente de ingreso en números récord.
Por si fuera poco, nos vimos inmersos en una debacle político-presupuestaria que propuso de todo, desde impuestos que incrementan la brecha digital y limitan el acceso a información como lo es el impuesto al Internet o a las telecomunicaciones, hasta perpetuar el rezago histórico de la dependencia del petróleo como variable manipulable para hacer cuadrar el presupuesto. Se propuso todo tipo de aberraciones que además se complementaron con otro tanto de estériles debates retóricos entre fuerzas políticas incapaces de provocar cambios y que terminaron por producir más de lo mismo: “reformas” superficiales que taparon huecos presupuestales inmediatos, pero a la vez, perpetuaron y profundizaron al posición de nuestro país en el vagón tercermundista del convoy locomotor que es la actual economía globalizada.
Pese a todo esto, sin embargo, existieron esperanzadoras historias de éxito en nuestro país. Desde una simbólica selección mexicana de futbol que recuperó la senda para lograr su calificación al mundial Sudáfrica 2010, hasta innumerables empresas, pequeñas y grandes, que no solo mantuvieron su posición en el mercado sino que inclusive expandieron sus operaciones, incrementaron sus ventas, y ganaron mercado.
Algunas de ellas, simplemente se vieron beneficiadas por las condiciones de mercado –si, créalo, hay muchas compañías que tienen sus años de mayor bonanza cuando al resto de la economía le está yendo mal, como lo son empresas de out-placement, despachos especialistas en cobranza, o inclusive la industria médica y la educación superior. En esta última, por ejemplo, gente que no encuentra empleo decide aprovechar su tiempo para adquirir nuevas habilidades y se enrola en programas de educación superior.
Sin embargo, la mayoría de empresas que alcanzaron importantes logros durante el 2009 lo hicieron a través de:
a) enfocarse en el largo plazo – resolver los problemas de hoy, pero sin mermar la capacidad para continuar construyendo el mañana
b) identificar y explotar o eliminar sus fortalezas y debilidades respectivamente – aprovechar que la crisis delató lo bueno y malo de la compañía para introducir mejoras y fortalecer las capacidades, y
c) acercarse a sus clientes – reconocer que la demanda por sus productos o servicios no desapareció sino simplemente cambió, y abordar entonces al mercado con propuestas de valor agregado
Aprovechando lo que hemos aprendido en el 2009, y consientes de los continuos retos económicos, políticos, sociales y de mercado que enfrentaremos en el 2010, las empresas debemos enfocarnos en desarrollar e invertir en proyectos que logren apalancar la mayor proporción de nuestros recursos en la parte baja del embudo mercadológico.
En un mercado donde las alianzas estratégicas y las coaliciones trascienden barreras y alcanzan todos los aspectos de la vida institucional de nuestro país, la alianza más importante que debemos buscar y pelear aguerridamente, es la alianza con nuestros consumidores. El 2009 fue el año de quienes supieron cimentar el vínculo con sus clientes, el 2010 será de aquellos que sepan construir lealtad sobre ese vínculo.
miércoles, 16 de diciembre de 2009
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